Mi compromiso es mío y de nadie más. Cuando me comprometo me doy a los demás, porque quiero darme. Nadie me obliga.
Mi compromiso también es permanente. Por eso, no dejo mi compromiso para mañana, o lo cumplo cuando me apetece, o cuando los demás también lo cumplen: lo cumplo HOY, y lo cumpliré mañana (aunque tenga menos ganas), y lo cumpliré siempre... "Siempre", claro está, hasta que decida finalizar o romper mi compromiso, porque ante todo somos libres.
Pero incluso para romper un compromiso hay que ser "comprometido", y sobre todo, delicado, porque no está bien romper los compromisos así como así.... Si se va a romper un compromiso, lógicamente habrá que reflexionar y meditar mucho, sopesarlo, y una vez decidido, comunicarlo abierta y sinceramente a aquel o aquellos con los que me he comprometido... Para que no esperen en vano... Para que sepan a qué atenerse...
Se dice que se ha alcanzado la madurez personal cuando uno llega a un punto en la vida en que es capaz de comprometerse de verdad con algo o con alguien... ¿Estamos comprometidos?