jueves, 22 de mayo de 2008

Reflexiones sobre la felicidad (II)

Sigamos reflexionando sobre la felicidad... Hablábamos el otro día de que para ser feliz hay que tener un objetivo en la vida, un rumbo al que dirigirse, una opción fundamental. Sin embargo, muchas veces es difícil encontrar ese objetivo. La cantidad de actividades que diariamente tenemos que realizar, la cantidad de facturas que tenemos que pagar, y la cantidad de cosas a las que tenemos que atender, nos impiden una reflexión profunda. Nos impiden escucharnos y escuchar "el fondo del pozo" (¿Os acordáis de la historia de "El país de los pozos"?)

Por eso, cada vez se hace más necesario encontrar esos espacios de reflexión, de SILENCIO (interior y exterior) que la sociedad en la que vivimos muchas veces no nos deja. Porque, ¿Cómo se puede reflexionar sobre lo que somos y queremos y hacia dónde vamos en nuestras vidas, en medio de todo el "ruido" en el que estamos inmersos? Imposible. Conclusión: nos dejamos llevar por la corriente, por el tumulto, por la masa, y hacemos lo que los demás hacen, siguiendo por el camino que esta sociedad de consumo individualista y hedonista (y a veces nuestra familia, y a veces nuestros amigos) nos empuja a seguir, y no el que (¿tal vez?) si escuchásemos en lo más profundo de nuestro interior, nosotros mismos elegiríamos seguir libremente, y que probablemente sería el que realmente nos haría FELICES...

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